Las bolas vaginales o bolas chinas es un juguete sexual cada vez más conocido; muy discreto y fácil de usar. También cada vez más fisioterapeutas obstétricos las recomiendan para rehabilitar el suelo pélvico o musculatura vaginal, incluso antes que los conos vaginales dado que son más fáciles de retener en el interior de la vagina, además de ser más baratas y existir cientos de modelos diferentes.
A la hora de usar las bolas chinas por primera vez, más de una mujer siente que aquello no es para ella o que está haciendo algo mal, bien porque le cuesta meterlas o bien porque una vez dentro en cuanto se pone de pie se salen.
Puede ser un poquito frustrante o hacernos sentir engañadas pero hay una explicación para todo. A la hora de introducirlas conviene lubricarlas un poquito para que se deslicen con facilidad, tampoco demasiado lubricante porque entonces facilitamos que se salgan, y si una vez dentro se salen está claro que tenemos la musculatura vaginal en baja forma y quizás debemos realizar ejercicios previos.
Para comprobar si tienes bastante fuerza en tus músculos vaginales puedes acudir a un fisioterapeuta obstétrico para que examine, o bien introduces dos dedos en la vagina y a continuación tratas de contraer los músculos. Si eres capaz de presionar y sujetar los dedos entonces puedes usar las bolas chinas, ahora bien, si apenas notas presión mejor acude a un especialista para que evalúe el “problema” y te recomiende alguna otra solución.
Cuando comiences a usar las bolas chinas prueba durante unos diez o quince minutos como mucho, ya que aunque no te notes cansada, los músculos se fatigan y luego te pueden hacer sentir una sensación de pesadez. Usalas con regularidad y cada vez por más tiempo. Para que sean más eficaces debes moverte, pasea por casa o sal a la calle y date una vuelta, tranquila que nadie lo notará a menos que te pongas colorada…
Al contrario de lo que alguna pueda pensar, hay bolas chinas muy baratas y no por ello de menor calidad, de hecho son bastante prácticas para aprender a usarlas, por ejemplo las bolas chinas lavanda de la imagen de arriba son sencillas, baratas y nos permiten usar una o dos bolas, de hecho si hablas con tu médico o ginecólogo puede que te recomiende esto mismo al empezar a usarlas, y sería una pena cortar por la mitad unas bolas chinas que te han costado treinta o cuarenta euros.