Una de las primeras cosas que desaconsejaría en la cocina erótica es la fritura, especialmente la que pasa por la freidora!. Aportan a nuestro organismo grasas saturadas poco saludables y que a la larga pueden afectar a la circulación sanguínea, además de provocar cansancio y pesadez; la fritura está contraindicada para el deseo sexual.
Lo ideal son productos frescos, con escasa presencia de aditivos artificiales como los conservantes, colorantes, potenciadores de sabor y demás. Lamentablemente hoy en día la comida rápida e industrial viene cargadísima de grasas perjudiciales y aditivos innecesarios.
En el caso de la carne, existe la opinión de que un hombre cuanta más carne consuma más potente será en la cama, sin embargo esto es un mito y se aleja bastante de la psicología real del hombre. La carne es una especie de narcótico, tras su ingestión y sobre todo si es en gran cantidad, provoca pesadez y sueño.
Esto no es un alegato a la comida vegetariana ni mucho menos, es pura biología, cuando uno ingiere gran cantidad de carne el aparato digestivo va acaparar grandes recursos para poder digerir una comida pesada, esto provoca que el resto del organismo se adormezca, incluidos los genitales.
Esto tampoco significa que haya que excluir la carne de la cocina erótica, sobre todo porque es una buena fuente de energía, simplemente se trata de consumirla en su justa medida, saber combinarla con vegetales y cocinarla si puede ser con la menor cantidad de grasa posible.
Personalmente te recomiendo la carne asada, aprovechando que estamos en verano echa mano de la barbacoa. Existen además cientos de recetas estupendas para marinar todo tipo de carne con especias, el resultado no sólo es espectacular a la vista, sino que los sabores y olores inundarán tu paladar e invitarán a tu espíritu a un ambiente de disfrute.
Pero recuerda que un estomago lleno y el sexo son totalmente incompatibles, no caigas en la glotonería, evita las comidas copiosas. Tomemos los consejos de la cultura oriental: debemos llenar el estomago de comida hasta la mitad, luego una cuarta parte con líquido y la otra cuarta parte dejarla vacía.