Hoy voy a recuperar un tema que siempre me ha parecido interesante, cómo se vivía el erotismo y la sexualidad en la antigua Grecia. Han pasado muchos siglos, y en algunos temas parece que no hemos aprendido demasiado con respecto a ellos, de hecho parece que hubiésemos retrocedido.
A diferencia de lo que algunas personas puedan pensar, vivimos en una sociedad bastante casta fruto de la influencia de la religión cristina y los valores que ésta promulga. Su lucha contra todo lo que fuera pagano u obsceno alcanzó su punto máximo en los últimos siglos que hemos vivido.
En cambio, hace más de 1.500 años en lugares del planeta como la antigua Grecia o durante el Imperio Romano se vivía la sexualidad y el erotismo con mayor naturalidad. Son muchos los historiadores que han ido sacando esto a relucir, e incluso lo hemos podido ver en series de televisión como la exitosa Roma.
La relaciones homosexuales, el sexo con adolescentes, el bestialismo, y otras muchas prácticas eran algo habitual. También es cierto que no eran sociedades perfectas, que tenían sus cosas buenas y sus cosas malas, pero en lo que respecta a sexualidad desde luego nos dejarían atrás.
La homosexualidad en la antigua Grecia
Este punto si merece una mención especial, y es que son muchos los mitos que circulan acerca de la homosexualidad en la antigua Grecia, y de hecho por ejemplo en España a la sodomía o sexo anal se la conoce como la postura del griego…
La realidad fue algo más compleja, cierto es que en la antigua Grecia los hombres podían mantener relaciones homosexuales sin problema, en principio solo se les permitió a los hombres libres, luego también se acepto en el ejercito, y finalmente fue habitual que hombres adultos apadrinaran a un chico de entre 12 y 17 años para educarlo y cultivarlo con idea de que el día de mañana fuera un buen ciudadano.
Estas relaciones homosexuales solían surgir en la palestra, ya que en aquella época tanto para hacer gimnasia como para luchar, se iba sin ropa… así que imaginate esos cuerpos de adolescentes en plena forma, sudorosos y luchando, mientras el maestro los observa.
Eran relaciones homosexuales entre un hombre adulto (erastes o amante) y un adolescente (eromenos o amado). Una relación que obviamente iba mas allá de la relación maestro – aprendiz. Cuando el alumno se hacia adulto, la relación se daba por concluida y se convertía en una amistad.
Al contrario de lo que se piensa, en la antigua Grecia la sodomía no era práctica habitual. Los griegos no eran aficionados al sexo anal, puesto que para ellos la penetración anal se consideraba como algo especialmente cruel y degradante para el sujeto pasivo. Si se permitía era sólo con los esclavos, y aún y con eso era mal visto.
Los habitual era el sexo intercrural o sexo femoral entre hombres, que puede adoptar posturas similares, pero que en ningún caso implica la penetración. Las mujeres no tenían un buen estatus social, de hecho algunos las querían para procrear y poco más.
El bestialismo en la antigua Grecia
Algunas personas hoy en día no conciben, o ni se plantean que pueda existir o haya existido el bestialismo, es decir, personas que mantienen relaciones sexuales con animales, ya sean: burros, cabras, ovejas, ciervos, etc.
Lo cierto es que hasta no hace muchas décadas en la España rural no era tan raro, y con relación a la antigua Grecia, existen cientos de objetos donde se puede apreciar escenas de zoofilia. En algunos casos se considera que son piezas para mofarse, pero en otras no está tan claro.
Hoy en día tampoco es tan raro y de hecho cualquier sex shop que se precie, y disponga de sección de videos porno, tendrá su selección de películas de zoofilia. Lo curioso es que hoy en día las películas que se realizan suelen mostrar escenas donde son las mujeres las que mantienen relaciones sexuales con caballos, burros, perros y otros animales.