Estos días se ha dado un nuevo paso para acabar con uno de los rituales más inútiles y lamentables, hasta hace unas semanas la ablación de clítoris era legal en Uganda, un país centro-africano de unos 30 millones de habitantes y donde la mayoría de la población es cristiana.
Tras su aprobación en el parlamento muchas niñas van a poder vivir más tranquilas, a partir de ahora realizar esta práctica conlleva diez años de prisión, y en caso de que la niña muera durante la operación se aplicará la cadena perpetua, lo cual en una carcel de Uganda supongo que no debe ser muy agradable.
No obstante aún son muchos los países donde se sigue practicando la ablación, principalmente de Africa y Asia, pero gracias a las protestas y presiones internacionales los gobiernos de dichos países van cediendo poco a poco, ya que una parte del problema es que al tratarse de un ritual que se practica desde hace muchas generaciones, muchos son reticentes a su abolición.
En qué consiste la ablación de clítoris
Por si no tienes muy claro en qué consiste la ablación de clítoris, te cuento que se trata básicamente de una mutilación genital, por lo general consiste en cortar el clítoris a las niñas adolescentes, pero en su modo más salvaje se conoce como infibulación: consiste en la extirpación del clítoris, así como los labios mayores y menores, culminando la carnicería con un cosido de la vulva lo suficientemente estrecho como para que solo salga el flujo menstrual.
A esta práctica también se la conoce como circuncisión femenina, y en el caso de la infibulación como circuncisión faraónica. Unos nombres prosaicos, para una práctica que afecta cada año a tres millones de mujeres en todo el mundo y que, según datos de Naciones Unidas, ya han sufrido más de 100 millones de mujeres en el Mundo.
Obviamente la ablación no se lleva a cabo en hospitales, ni la realizan médicos, ni se emplea material esterilizado, con lo cual las victimas de este lamentable ritual en ocasiones mueren por todo tipo de infecciones o hemorragias, y si tienen la suerte de sobrevivir pues padecerá muy probablemente complicaciones a la hora de mantener relaciones sexuales y al dar a luz, así como trastornos psicológicos y psicosomáticos.