Estos días está siendo noticia la muerte del maestro de Kung Fu en la ficción David Carradine a.k.a. Pequeño Saltamontes. Me confieso fan de la serie en su momento, pero dados los rumores que corren acerca de las causas de su muerte es inevitable que me venga a la cabeza aquella canción de Def Con Dos “Pánico a una muerte ridícula”.
Afortunadamente David Carradine no murió ahogado en la piscina de un barco, ni desnucado mientras fornicaba en la bañera, ni apareció muerto junto a una gallina o cabra. Sin embargo parece ser que fue víctima de una asfixia erótica o en este caso autoasfixia erótica, un método de masturbación que consiste en cortar la respiración durante la masturbación.
Para ello se utilizan técnicas como la auto estrangulación o la compresión de pecho y accesorios como bolsas de plástico en la cabeza. Dentro del mundo BDSM está asociado a prácticas arriesgadas pero consentidas, también conocidas como RACK (Risk Aware Consensual Kink).
En cualquier caso esta práctica de masturbación está considerada una parafilia y es realmente peligrosa, sin embargo se conoce que se practica desde hace siglos. En sus orígenes fue usada como un tratamiento contra la disfunción eréctil y la impotencia dado que se observó que las personas que eran ejecutadas en la horca experimentaban una erección e incluso eyaculaban, lo cual es cierto pero ocurre cuando uno ya ha muerto y a causa de la presión en el cerebelo.
En cualquier caso nuestro querido David no es el primero ni tampoco será el último, en este particular paseo de la fama le acompañan desde cantantes como Michael Hutchence de INXS o Kevin Gilbert hasta políticos conservadores británicos como Kristian Etchells o Stephen Milligan.
En cualquier caso, como en la canción, afirmo que palmarla a lo tonto es degradante… ¿qué pasará ahora por la cabeza de su esposa?