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Las mejores posturas para encontrar el punto G

General, Sexualidad | 2 Comentarios

Buscando el punto G

Esta zona erógena se puede estimular de muchas maneras, tanto una misma como tu pareja, con los dedos o con algún juguete erótico como un dildo o un vibrador. Hace un par de días os contaba cómo encontrar el punto G de tu pareja, pues hoy os vamos a recomendar las mejores posturas para encontrar el punto G.

Lo más habitual, o lo primero que se te vendrá a la cabeza, es tumbarte boca arriba y explorar tu vagina con tus deditos, el caso es que no todas las mujeres alcanzan desde esta postura la parte interna de su vagina, así que conviene curvarse un poco para tenerlo todo más a mano.

Encontrar el punto G en la cama

Es muy sencillo, únicamente necesitas amontonar unos cuantos cojines y almohadas, así al recostarte tendrás los hombros más elevados mientras la cadera permanece apoyada en la cama. Entonces separa las piernas y flexiona las rodillas, verás que alcanzas de sobra y hasta puedes regalarte la vista observando cómo tus manos acarician tu vulva.

Encontrar el punto G en el sofá

Otra opción es hundiéndote en una silla o mejor aún en un sofá, no más te dejas caer un poco para que tu cadera este más adelantada y tus hombros contra el respaldo. Es una postura más vertical que la anterior y que además te permite observar tu zona genital. Si puedes, apoya los pies en una mesilla o reposapiés para mantener mejor la postura.

Encontrar el punto G en cuclillas

Estando agachada es realmente en la postura que mejor y más a mano vas a tener tu vagina, sin embargo es difícil que puedas aguantar mucho rato en esta posición a menos que sea japonesa o coreana. En tal caso puedes pasar a apoyar las rodillas o sujetarte con una mano. Si estás disfrutando pero la postura te agota, prueba a usar un vibrador para el punto G que te permita apoyarte sobre él, así será tu cadera la que haga todo el trabajo.

La idea en todos los casos es que tengas las manos libres y que puedas alcanzar con facilidad tu zona genital, pudiendo penetrarte cómodamente con los dedos o con ayuda de algún juguete.