Uno de los regalos para hombre más curiosos de los últimos años son las vaginas en lata, un masturbador discreto por fuera, y muy placentero por dentro. Es una opción divertida para regalar a un compañero de trabajo, o a un amigo de toda la vida, o incluso a tu pareja si te gusta masturbarlo en los preliminares o durante ciertos días del mes.
La particularidad del masturbador en lata Juicy Lucy es que es 2×1, es decir, por cada extremo de la lata encontramos un orificio: por una lado tenemos una vulva que se asemeja a la entrada de una vagina real, y por el otro un orificio anal que promete sensaciones apretadas.
Para que la experiencia con este masturbador sea lo más placentera posible, lo ideal es usar lubricante, de esta manera el glande y el pene no tendrán problemas para abrirse paso hasta el interior, luego el continuo vaivén y la fricción harán el resto para conducirte a un fabuloso orgasmo.
En la imagen no se aprecia, pero debes saber que en su interior el masturbador esconde hasta 18 cavidades diferentes con idea de dar mayor realismo a la penetración, y por supuesto para proporcionar el mayor placer posible.
Si estás pensando en comprar una vagina en lata como esta, te cuento que su precio no es muy elevado, la Juicy Lucy sale por menos de 30 euros. Además, como la lata es “marca blanca”, puedes currarte una etiqueta que sea graciosa, o simplemente para darle un toque más personal.
Como juguete erótico es una buena elección, ya que es discreto, fácil de usar y limpiar, placentero y barato. Y digo lo de fácil de limpiar, porque algunos modelos de masturbadores no son tan accesibles, con Juicy Lucy en cambio puedes sacar la manga masturbadora, enjuagarla bien, secarla, y volverla a guardar en su envase con tapa de rosca, lista para el siguiente uso.