Basta que uno desconecte por unos días para que pasen cosas tan raras como que alguien decida poner a la venta una muñeca hinchable inspirada en Miley Cyrus, pero tomando como modelo a Shyla Jennings.
Aunque realmente ha sido algo fulgurante, visto y no visto porque en cuanto se han enterado los de la Disney, y la propia artista, han movido los hilos para retirarla del mercado, la muñeca claro.
Personalmente nunca he sido seguidor de esta polifacética artista, pero si me pareció que con su cambio de look quiso madurar demasiado pronto, tanto que, entre su ansiedad por ser considerada como una mujer adulta y la filtración de sus fotos en la intimidad – ya fuera en fiestas u hoteles –, se ha deteriorado bastante su imagen.
Ahora con la venta de la muñeca está claro que esta muchacha la toman a pitorreo, no hay más leer la descripción que imprimieron en la caja: “tiene años de práctica con el micro, y ahora está lista para el tuyo”, o el slogan que resume todo “es joven, tonta, y lo bastante mayor para las corridas”.
Lo cierto es que este mismo fabricante (Pipedream) ya ha sacado al mercado otras muñecas y muñecos bastante polémicos, como por ejemplo las réplicas Lady Gaga, Britney Spears, Kim Kardashian, Obama o Beyonce. Digamos que es una manera sencilla de crearse publicidad a través de la polémica, ya que la muñeca hinchable poco parecido tiene con el personaje real, por lo general no se habla de ello, pero en esta ocasión Disney y Miley Cyrus han mordido el anzuelo.