El sexo anal se está haciendo poco a poco cada vez más popular en todo el mundo, y no me refiero únicamente al colectivo gay, sino a que cada vez más mujeres heterosexuales movidas por unas u otras razones deciden experimentar con la sodomía, de hecho se viene observando que cada vez más jóvenes emplean el sexo anal para mantener su virginidad.
Personalmente el concepto de la virginidad me parece sobrevalorado, y de hecho totalmente absurdo cuando la misma chica que decide no perder su virginidad vaginal, a cambio opta por practicar sexo oral y penetración anal… en esos casos es cuando uno se da perfecta cuenta de lo subjetivo que es el concepto de virginidad.
Respeto la decisión de cada un@, realmente el problema está en que muchas consideran el condón sólo como un anticonceptivo, de manera que cuando practican la felación o el sexo anal, con frecuencia dejan de lado el uso del preservativo, lo cual las pone en una situación de alto riesgo frente a infecciones o enfermedades de transmisión sexual.
De hecho, según un estudio publicado recientemente, el riesgo de contraer VIH durante el sexo anal es 18 veces mayor que durante el coito vaginal cuando no usamos protección.
Al contrario de lo que alguno pueda estar pensando, el sexo anal entre personas jóvenes no siempre va ligado a chicos y chicas promiscuos y libertinos, de hecho en las comunidades donde hay un mayor peso de la religión, ya sea católica o musulmana, o en etnias como la gitana donde el llegar virgen al matrimonio es algo importante, la práctica del sexo anal se convierte en algo común entre las parejas o amantes que aún no se han casado.
Esto trae a colación un reportaje un tanto dramático publicado en Womensenews.org, donde se cuanta la historia de Sophia, una chica musulmana que ha tenido ya sus primeras experiencias sexuales, y por no perder la virginidad optó por el sexo anal, algo que según ella es normal entre las otras chicas de su comunidad.
La mala suerte de Sophia fue que en una de esas ocasiones contrajo el VIH, ahora es portadora del virus y resulta que su familia no lo sabe, de manera que ya han pactado su matrimonio con un hombre que aún no conoce, pero al que sabe que le va a infectar con el virus, porque ella no piensa confesar su verdad para evitar ser repudiada.
Uno nunca puede estar seguro de si la persona con la que va a mantener relaciones sexuales es portadora de algún tipo de enfermedad, ya que muchas pueden no presentar síntomas externos. Por tanto siempre siempre hay que emplear métodos barrera tanto en el coito, como en la felación y por supuesto en el sexo anal, sobre todo si se trata de una aventura de una noche.